El Impuesto de Transmisiones Patrimoniales Onerosas, o ITP, es uno de los más habituales en nuestro país y, a la vez, uno de los más desconocidos. Por eso, conviene analizarlo con mayor detalle para entenderlo bien, ya que es uno de los impuestos a pagar de los servicios inmobiliarios más complejos.
¿Qué es el ITP?
Es un impuesto que hay que pagar a Hacienda cuando se llevan a cabo transacciones de carácter patrimonial que no estén gravadas por el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA).
Por ejemplo, si compramos una vivienda nueva procedente del constructor, pagaremos por ella el IVA en lugar del ITP, pero si lo que compramos es una casa a un particular, entonces lo que se debe abonar es el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales Onerosas.
Dicho de otra forma, este impuesto se paga cuando se intercambia un bien mueble o inmueble por dinero, siempre y cuando quien transmita el bien sea una persona física. Si el transmisor es una empresa, entonces hay que pagar IVA.
¿Cuánto se paga por el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales?
Es un impuesto cedido a las comunidades autónomas, por lo que el tipo de gravamen no es el mismo en todos los casos, depende del lugar donde se encuentre el bien a transmitir.
Cada autonomía establece valores diferentes para calcular el impuesto. En el caso de transmisión onerosa de inmuebles entre particulares, la base imponible del ITP se suele calcular sobre el valor real de la vivienda, que no necesariamente va a coincidir con el valor de la compraventa.
Así, aunque el importe de la transacción entre comprador y vendedor sea bajo, lo que habrá que pagar a Hacienda dependerá del valor que la Administración le dé a ese inmueble.
¿Quién tiene que pagarlo?
La obligación de pago del ITP recae sobre quien recibe el bien. Volviendo al tema de los inmuebles, el contribuyente será quien compra la casa o quien ha pasado a ser arrendatario de la misma.
El pago se hace a través de la Delegación de Hacienda o de la Oficina Liquidadora de la ciudad en la que se encuentra el bien, y el plazo para hacer el trámite es de 30 días a contar desde la realización de la transmisión. En la mayoría de los casos, ya es posible hacer la gestión de forma totalmente online y pagar mediante transferencia bancaria. Con independencia de cómo se haga la operación, resulta aconsejable guardar el justificante de pago por un período de cuatro años, ya que este es el tiempo del que dispone Hacienda si tiene que hacer alguna reclamación o inspección.
¿Qué ocurre si no se paga el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales Onerosas?
A efectos fiscales, Hacienda iniciará el período ejecutivo y exigirá al obligado el pago del impuesto, así como los correspondientes recargos e intereses de demora, lo que provoca que el importe de la deuda crezca rápidamente. Si el contribuyente sigue sin pagar, la Administración Tributaria puede embargar sus bienes y proceder a su ejecución para cobrar lo que se le debe.
Además, no es posible hacer el cambio de titularidad del bien transmitido hasta que no se demuestre que se ha pagado el ITP. Si el comprador paga al vendedor, pero no abona el ITP, legalmente el bien transmitido seguirá perteneciendo al propietario original.
Como has comprobado, el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales es especialmente importante para poder adquirir bienes, así que no te demores en pagarlo si la obligación recae sobre ti.
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Por eso, nos parece imprescindible calcular el pago de los impuestos en la primera llamada y realizar una valoración del inmueble en Madrid de manera completamente gratuita.